El Palacio Vistalegre no es el Pabellón Pionir, feudo del Partizan serbio, donde el Fenerbahce arrancó un valioso triunfo hace una semana (72-76) frente a un grupo de bisoños talentos, sino el fortín del Real Madrid, que acabó con los turcos en tan sólo medio tiempo para seguir invicto en casa y pegado a la estela del Panathinaikos griego en la cabeza de la clasificación del Grupo C de la Euroliga.
Los blancos vivieron una amarga experiencia la primera vez que alcanzaron la final de la Copa ULEB (2004-05) con el estadounidense Willie Salomon cuando éste estaba a los mandos del Hapoel Jerusalén israelí, que tocó el cielo bajo la batuta del base norteamericano en la ciudad belga de Charleroi, y estaban preparados para neutralizarle a él y, de paso, cortar las comunicaciones de un Fenerbahce amenazante por imprevisible y por el momento de forma que atraviesa.
El montenegrino Bogdan Tanjevic ha construido un equipo para moverse por la Euroliga con solvencia y esperanzas de hacer algo sonado si todo les sale bien, pero cuando los turcos pierden la conexión con Solomon todo se les hace mucho más complicado.
El Madrid sólo se despitó con el norteamericano en aquella dolorosa final. Desde aquel día, cada vez que se le ha encontrado por el camino ha sabido tratarle para no sufrir nuevos destrozos. Le pudo en la primera jornada de esta Euroliga y le pudo en el arranque de la segunda vuelta en Vistalegre.
Una brecha de diez puntos en el marcador
Joan Plaza le preparó una batería de jugadores del abundante perímetro del que dispone en nómina para seguir cada uno de sus pasos desde el salto inicial hasta la bocina. Los exteriores del Madrid le obligaron a enfrentarse siempre contra un defensor fresco y acabaron por aniquilarle. Solomon comenzó de forma magnífica. Logró anotar siete puntos en el primer cuarto, pero eso es lo menos que puede hacer un hombre de sus características. Entra dentro del guión que un anotador haga puntos. Eso sí. El turco Kemal Tunceri, que atraviesa una gran fase de juego, clavó diez puntos en los primeros siete minutos, instante del latigazo madrileño.
Un parcial de 9-0 lanzó a los locales en el marcador (21-13). Con la espaldas guardadas, el Madrid mantuvo la seriedad, siguió el plan táctico sin prestar atención al tanteo por medio de cambios defensivos, incluidas presiones después de canasta para demorar la subida del balón de los estambulíes, consolidó la brecha en torno a los diez puntos y pegó los primeros estirones hacia diferencias mayores. A todo esto, el Fenerbahce tampoco sabía nada del paradero de Mirsad Turckan, borrado del mapa de forma aún más llamativa que Solomon. Si los exteriores fagocitaron al base, los interiores hicieron lo propio con el desconcertante ala-pívot.
La grieta creció hasta casi los veinte tantos (56-37) en los albores del tercer cuarto. Por entonces, el Fenerbahce asistía ya a un funeral en toda regla. No podía con la defensa rival, tampoco encontraba a los referentes que le orientan y el reloj volaba hacia otra alegría continental en una velada que sólo dependía de los biorritmos madridistas.
El Madrid los alteraba a su gusto. Dedicó minutos a la puesta a punto del recuperado Alex Mumbrú, a la participación de todo el equipo y también a dosificar esfuerzos. Esos respiros aliviaron al Fenerbhace, pero dejaron el choque prácticamente en el mismo sitio que estaba (62-50 m.30) antes de que los locales redondeasen la faena sin mayores agobios en el último periodo pese una bajada de revoluciones inofensiva en los estertores del choque.
Ficha técnica
Equipos
87 - Real Madrid (26+21+15+15): Tunceri (14), Bullock (9), Pelekanos (6), Sekulic (6), Reyes (15) -cinco inicial-, Smith (5), Llull (4), Papadopulos (9), López (5), Aguilar (2), Hervelle (8) y Mumbrú (4).
77 - Fenerbahce (18+15+17+27): Solomon (16), Onan (10), Turckan (6), Vidmar (4), Preldzic (2) -cinco inicial-, Savas (19), White (11), Demirel (2) y Asik (7).
Árbitros: Kokoulekidis (GRE), Rocha (POR) y Vyklicky (CZE). Sin eliminados.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la octava jornada de la primera fase de la Euroliga 2007-08 disputado en el Palacio Vistalegre ante unos 6.000 espectadores.
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