En la Liga se repitió poco más o menos el guión de la Euroliga, y la afición del Barça pudo despedir el 2007 en el Palau de una forma diametralmente diferente a como lo despidió en el Camp Nou: con una victoria sobre el Real Madrid; una victoria, además, con sabor a paliza, porque fueron 19 puntos pero llegaron a ser 23 (73-50, minuto 35) a favor de un Barça verdaderamente arrollador de principio a fin. En esta ocasión, el lapsus del tercer cuarto duró menos de tres minutos, los que tardó Ivanovic en parar el partido tras un 0-6. El triunfo de los blaugrana, de rebote, devuelve al DKV Joventut el liderato de la Liga, que a los madridistas les ha durado un suspiro de sólo dos jornadas. Pero lo verdinegros no están solos sino igualados con otros tres equipos, los dos que jugaron ayer en el Palau y el Iurbentia Bilbao, que acabnó ganando en Manresa.
A este Barça, que tantas dudas genera en ocasiones, parece que le van las emociones fuertes. Y ninguna lo es más que una visita del Real Madrid a un Blaugrana con el ambiente de sus mejores tiempos. Con los 19 de ayer y los 11 del 73-62 del partido de la Euroliga de semamnas atrás, el equipo blanco ya se ha llevado del Palau esta temporada nada menos que un -30.
Y es que en ésta su segunda visita a Barcelona, los hombres de Joan Plaza tampoco dieron la medida, se vieron del todo maniatados desde el salto inicial por el notable empeño defensivo de los blaugrana, su capacidad para aprovechar todos los resquicios de contraataques y el acierto del Basile de las noches inspiradas, que acostumbra a incluir, y ayer no faltó, algún triple de esos de más de siete metros. En resumen, el Barça estuvo tan fuerte detrás que Bullock quedó reducido a cenizas, y sólo al final Smith y Tunceri maquillaron el pésimo acierto blanco desde los 6,25, que llegó a acumular hasta 12 triples errados consecutivos.
La habitual brega de Felipe bajo los aros, que fue el mejor argumento competitivo blanco por no decir el único, ni los minutos en que Plaza colocó a sus hombres en zona y algo sí que logró cortar el ritmo, sirvieron para contrarrestar las carencias madridistas. Sobre todo su puntería, pero también la falta de instinto, la casi nula agresividad. Pareció como si al Real Madrid se le viniera encima un Palau en ebullición que es, ayer quedó patente una vez más, el mejor escenario posible para que el Barça se multiplique.
Hubo momentos, muchos, en que los hombres de Dusko literalmente arrollaron a los madridistas. Sumaron puntos, dieron espectáculo, levantaron al público de sus asientos. Tanto, que los de nuevo decepcionantes minutos que jugaron Acker e Ilyasova pasaron desapercibidos.
Todo se perdona en el Palau si hay mates, contraataques y jugadores como el capitán Roger que casi pierden un diente luchando por un balón. Sobre todo si el equipo que se lleva la paliza es el Madrid, y con más razón aun si es la segunda en pocos meses
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